Las turbulencias en un avión son fenómenos aeronáuticos bastante frecuentes y, en general, no revisten peligro alguno. Están provocadas por movimientos caóticos del aire en la atmósfera, con frecuencia asociados a condiciones meteorológicas específicas, como vientos fuertes o zonas de cambio de temperatura. Estos movimientos pueden provocar sacudidas en el avión, lo cual puede resultar desagradable para los pasajeros.
No obstante, es importante tener en cuenta que las turbulencias son fenómenos totalmente normales y habituales durante el vuelo y que los aviones están diseñados para hacerles frente con total seguridad. Los pilotos reciben formación para anticiparse y gestionar las turbulencias, ajustando la velocidad y la trayectoria del avión a fin de reducir su impacto en el vuelo y en la comodidad de los pasajeros.
¿A qué se debe una turbulencia?
Las turbulencias que afectan a los aviones están provocadas por movimientos inestables del aire en la atmósfera. Se pueden producir cuando el aire se desplaza a velocidades o en direcciones diferentes, creando zonas de alta y baja presión. Estas variaciones de presión pueden provocar sacudidas y movimientos inesperados del avión en pleno vuelo. Las turbulencias pueden estar causadas por fenómenos meteorológicos, como vientos fuertes o cálidos, tormentas, nubes convectivas o cambios de dirección del viento.
Las turbulencias, ¿son peligrosas?
Las turbulencias no son peligrosas para los aviones, ni tampoco para los pasajeros. Los aviones han sido diseñados para resistir fuerzas importantes. El riesgo es que los pasajeros se lesionen si no van correctamente sujetos o si se mueven por el avión mientras se sobrevuela una zona de turbulencias. Por este motivo, se recomienda llevar siempre puesto el cinturón de seguridad mientras estemos sentados en el avión, aunque la señal luminosa se haya apagado. En una zona de turbulencias, es obligatorio llevar el cinturón de seguridad abrochado en todo momento.
¿En qué parte del avión se sienten menos las turbulencias?
En general, las turbulencias se dejan sentir menos en la parte delantera del avión, cerca de las alas y del cockpit. Esta zona es más estable, pues está situada cerca del centro de gravedad del avión. Las alas, que son el «punto de apoyo» principal del avión, también están concebidas para resistir fuerzas importantes y, por tanto, son menos susceptibles a los movimientos bruscos. Por el contrario, las turbulencias se dejarán sentir más en la parte posterior del avión. Esto se debe al efecto palanca causado por la distancia entre el centro de gravedad del avión y la cola del mismo.